Estando en la escuela entre 8 a 10 años de edad, elaborábamos este juguete muy divertido y en algunos casos bélico ya que podía cortar al adversario. Consistía en un cordel, cuerda, o pábilo, de aproximadamente 50 o 60 centímetros, una chapa o tapa botellas de metal previamente aplanada y en sus horillas filosa, en el medio de la chapa, un orificio que permitía pasar el cordel, cuerda o pábilo, que quedaría doble para permitir en las esquinas meter el dedo medio. Por un lado se enrollaba de un lado y del otro al contrario, al estira las dos partes la chapa daba vueltas primero en una dirección y al final se enrollaba en la otra dirección, casi automáticamente, moviendo las manos como si tocaras acordeón, esta fricción permitía usarlo como una sierra y al chocarlos con el contrario le rompía el cordel, cuerda, o pabilo y se ganaba el juego. Claro en algunos casos llego a cortar a uno de los jugadores por exceso de emoción.
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